Etiopía está situada en la parte oriental del continente africano, en un lugar llamado el Cuerno de África, y tiene una población de más de 120 millones de personas. La capital, Addis Abeba, está repleta de infraestructura financiada por China, desde autopistas hasta metros, rascacielos y parques industriales. La ciudad alberga las sedes de la Unión Africana (UA) y de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (UNECA), y es uno de los centros de la diplomacia africana. El país tiene nueve sitios declarados Patrimonio de la Humanidad, igualando a Marruecos como el país africano con más sitios reconocidos. Entre estos destaca la histórica ciudad amurallada de Harar Jugol, considerada el cuarto lugar más sagrado del Islam. Etiopía, conocida como la "cuna de la humanidad", es un tesoro de fósiles humanos, incluyendo hallazgos como Lucy, un Australopithecus que vivió hace 3,18 millones de años, y el Ardipithecus ramidus, que data de hace 4,4 millones de años. Etiopía es el único país de África que no vivió un período colonial, excepto el período en el que fue ocupada por Italia de 1936 a 1941. Debido a esta historia, la cultura única de Etiopía todavía sigue viva hoy en día, incluyendo su calendario (el calendario copto), su sistema horario, el alfabeto amhárico (el único en un país subsahariano) y la Iglesia Ortodoxa Etíope, que es practicada por aproximadamente el 43% de la población. La enseñanza de que "No debes dejarte influenciar por otros. Debes creer en ti mismo" es la piedra angular para mantener las tradiciones y la cultura propias. La principal industria de Etiopía, que ha mantenido un crecimiento económico de casi el 10% en los últimos años, es la agricultura, que representa aproximadamente el 60% de la fuerza laboral y casi el 40% del PIB. Sin embargo, muchos de estos agricultores son agricultores de subsistencia en pequeña escala que están expuestos al riesgo de inseguridad alimentaria cada vez que ocurren desastres naturales como sequías o inundaciones, por lo que la producción estable de alimentos sigue siendo una tarea importante.

El suelo y el clima de Etiopía son perfectamente adecuados para el cultivo de café, por lo que casi no hay necesidad de poda ni de fertilizantes químicos, y alrededor del 90% del café se cultiva orgánicamente. Al entrar en las montañas de Yirgacheffe en coche, uno se encuentra rodeado por un bosque mixto de cafetos, plataneros y aguacates, entre otros. Entre los huecos se pueden ver casas sencillas hechas de paredes de barro y lámina ondulada. Casi nunca se ven fincas delimitadas por cercas; la frontera entre el bosque y el jardín es difusa, y los cafetos están integrados en la vida cotidiana. La manera en que esta región funciona como área productora es extremadamente inusual. La calidad que anhelan las personas de todo el mundo ya está ahí sin ninguna intervención humana. Incluso sentimos que estamos bendecidos por las bondades de la naturaleza. Las zonas productoras de café en Etiopía se pueden dividir principalmente en cuatro tipos. Café de bosque (aproximadamente 10% de la producción) Café que crece naturalmente en el bosque. Si bien es la zona de producción más tradicional, debido a la baja eficiencia productiva, está siendo reemplazada por café semi-forestal y de huerta, de lo cual se hablará más adelante. JICA (Agencia de Cooperación Internacional del Japón) inició actividades para conservar el café de bosque en 2003. Café semiforestal (aproximadamente 35% de la producción) Bosques de café silvestre que han recibido mantenimiento. Se realizan actividades como la eliminación de malezas y la poda para regular la cantidad de luz solar. Hay un dueño del terreno. Café de huerta (aproximadamente 50% de la producción) Café plantado por los caficultores en las colinas y jardines detrás de sus fincas. A menudo se plantan junto con plátanos y aguacates, y una vez cosechados se llevan a los beneficios, cooperativas agrícolas, etc. y se convierten en efectivo. Café de plantación (aproximadamente 5% de la producción) También conocido como café de hacienda. Son fincas agrícolas privadas o estatales a gran escala que gestionan de manera integral desde la producción hasta la exportación. La eficiencia y la calidad de la producción se pueden mejorar mediante la plantación de variedades específicas y el uso de tecnología avanzada. La mayor parte del café etíope con nombre de finca pertenece a esta categoría. Un ejemplo bien conocido es la Finca Gesha Village. Referencia: EtBuna La distribución del café etíope. Nos gustaría confirmar la historia y la situación actual de la distribución del café en Etiopía. El café es un commodity (productos con el mismo valor) como los cultivos tales como el trigo y el maíz, y se negocia en los mercados de futuros. Hacer transacciones en dichos mercados simplemente significa fijar un precio futuro antes de que el producto físico esté listo. Esto protege a los compradores contra aumentos de precios y permite a los vendedores asegurar ingresos futuros. Los especuladores invierten en productos que creen que subirán de precio para obtener ganancias. El café arábica se negocia en la Bolsa de Nueva York, mientras que el robusta se negocia en la Bolsa de Londres. Los futuros de arábica se dividen en tres categorías: Suaves colombianos (café lavado de Colombia, Kenia, Tanzania) Otros suaves (café lavado de otros países productores) Naturales brasileños (café natural de Brasil, Etiopía, etc.) El precio internacional (precio del mercado C) fluctúa principalmente según el equilibrio entre oferta y demanda. Las grandes fluctuaciones de precios desestabilizan la vida de los productores. En 1962, la Organización Internacional del Café (OIC) estableció el Acuerdo Internacional del Café (AIC) para estabilizar los precios limitando la cantidad de café en circulación (sistema de cuotas de exportación). Sin embargo, este sistema se suspendió en 1989 debido al descontento de países productores y consumidores, y la retirada de Estados Unidos de la OIC. Aún después de la suspensión del sistema de cuotas, el consumo de café siguió aumentando año tras año. Su popularidad como objeto de especulación no disminuyó, y el precio internacional del café fluctúa enormemente. Además, la producción y la economía de Brasil, el mayor productor, tienen un gran impacto en los precios internacionales. En 2019, los precios internacionales se desplomaron, llegando a decirse que estos eran más bajos que los costos de producción, pero detrás estaba una buena cosecha en Brasil y la debilidad del real brasileño. Aunque la producción de Etiopía representa solo alrededor del 5% del mundo y tiene poco impacto en los precios internacionales, los productores se ven afectados porque se comercializa a precios de futuros. Han surgido algunas soluciones en Etiopía para abordar esta situación. En 1999 se estableció la Cooperativa Oromia (Unión Cooperativa de Caficultores de Oromia). La Cooperativa Oromia obtuvo certificaciones tales como Comercio Justo, Orgánico y Rainforest, logrando comercializar internacionalmente el café de Oromia como café certificado. El 70% del margen bruto se devuelve a las cooperativas primarias. La Cooperativa envía capacitadores a las cooperativas locales para entrenamiento en métodos de producción sostenibles. Sus esfuerzos ganaron atención tras aparecer en la película "Black Gold". Posteriormente, en 2008 se estableció la Bolsa de Commodity de Etiopía (ECX: Ethiopia Commodity Exchange). La ECX es una empresa privada asociada con el gobierno etíope. Además del café, la ECX maneja una amplia gama de productos agrícolas, incluyendo sésamo, maíz y otros granos. Antes, los productores de café no tenían forma de conocer los precios de mercado y no había negociación de precios ni evaluación de calidad al vender las cerezas en el mercado. ECX abordó este problema. ECX compartió información de precios de mercado con los productores a través de su sitio web, tableros electrónicos en la bolsa, SMS y llamadas gratuitas, posibilitando el acceso para todo el mundo. Clasificó el café en nueve regiones productoras principales y lo calificó (por ejemplo, Yirgachefe G1, Sidamo G2). Todo el café, excepto el de cooperativas y plantaciones (fincas propiedad de empresas privadas o del Estado), debía ser certificado en cuanto a su región de producción y calificado por ECX, y negociado en subastas. Es importante señalar que ECX se diseñó para el café commodity, que representaba alrededor del 96% en ese momento, sin centrarse en la comercialización del café de especialidad. Con ECX, el café que circulaba en Etiopía sólo se identificaba por el nombre de la región productora y el grado, lo que hizo que la trazabilidad fuera menos transparente para los importadores que desde antes comerciaban directamente con beneficios específicos. Esto hizo que las relaciones de confianza y las inversiones en los beneficios perdieran su sentido. En 2009, ECX y SCAA (ahora SCA) se reunieron e introdujeron evaluaciones de calidad por Q Graders, ajustando el sistema a la industria del café de especialidad. Finalmente, en 2017, ECX relajó las regulaciones, permitiendo que individuos y pequeñas empresas obtuvieran licencias de exportación, haciendo posible el comercio directo. Se podría decir que esta desregulación mejoró la trazabilidad del café etíope. Desde 2017, los proveedores y productores han comenzado a funcionar también como exportadores. Se puede decir que ese fue el año inaugural del comercio directo en Etiopía. En 2020, se celebró por primera vez la Taza de Excelencia en Etiopía, reforzando aún más esta tendencia. Los curadores de Etiopía son Moplaco y Weteambela Coffee. Moplaco es una empresa de café establecida que ha experimentado toda la historia desde la época en que estaba a merced de los precios internacionales hasta el nacimiento del café de especialidad y el presente. Weteambela Coffee es una startup fundada en 2018 que busca abrir una nueva era. Conocer en profundidad los antecedentes de estas dos empresas es equivalente a tener una visión general de la historia del café en Etiopía. Nos gustaría que sintieran los puntos de inflexión históricos detrás del café.