Un mundo en el que no se cierren las posibilidades. Cumplir los ideales bajo los ejes de Querer y Deber.
Shuhei Hagimori quien se unió a TYPICA en noviembre de 2022 como responsable del lanzamiento de nuestra sede en Nueva York se encuentra promoviendo la incursión en el mercado de Estados Unidos. Paralelamente, también se encuentra avanzando en el lanzamiento de un equipo de producto para llevar la relación entre caficultores y tostadores a un nuevo nivel.
Tras graduarse del bachillerato, decidió dejar su localidad natal, una ciudad de provincia, en la que a pesar de que se sentía cómodo, en cierto sentido se sentía limitado, para comenzar a estudiar en la Universidad de Ritsumeikan en Kioto. Mediante experiencias como un año en el extranjero bajo la visa Working Holiday (un sistema que permite viajar y trabajar), y la vida en comunidad con turistas extranjeros en la casa compartida en la que residió en Kioto, se expuso a experiencias con las que entró en contacto con un amplio mundo.
En el año 2017, bajo el deseo de "expandir las posibilidades de las personas y las cosas" entró como recién graduado a Bizreach, una startup japonesa que apoya a profesionales en su búsqueda de nuevos empleos y a las empresas para la selección de personal. Shuhei, quien decidió dejar su anterior empresa para comenzar a trabajar en TYPICA, con el deber de hacer realidad la misión de "Desafiarse en un campo global" que había venido incubando en su corazón desde un principio, hoy día, con calma desprende toda su pasión.
¿Cuál debería ser el medio para hacer realidad mi visión?
Finales del año 2019. Tras haber pasado casi tres años desde su incorporación como empleado de Bizreach, Shuhei comenzó a pensar sobre su próxima etapa profesional. Shuhei dudaba entre si cumplir su sueño desde que era estudiante, y partir de viaje a dar la vuelta al mundo con su esposa al encuentro de su verdadera pasión, o bien, buscar la oportunidad de que le dejaran participan en alguna de las actividades empresariales de Bizreach en el extranjero.
Sin embargo, el entonces virus de origen desconocido surgido en Wuhan, China, nubló por completo también el futuro de Shuhei, quien entonces trabajaba en Tokio. Muchas de las empresas clientes de Bizreach decidieron posponer la selección de nuevo personal, preocupadas por el impacto de la pandemia de COVID-19, de modo que el impacto también se extendió a su trabajo. En abril de 2020, se emitió una declaración de situación de emergencia y se pusieron restricciones en las fronteras para la entrada y la salida a Japón, que obligaron a que todos sus planes de desafiarse a nivel global se borraran por completo.
Y aunque sí que fue triste tener que abandonar sus planes, para Shuhei, que estaba más que satisfecho con su trabajo en Bizreach, la pandemia de COVID-19 no supuso un impacto tan grave como para alterar su vida. Para él que se había fijado su misión vital como “Expandir las posibilidades de las personas y las cosas”, trabajar en una empresa como Bizreach con la misión de “Crear una sociedad en la que todas las personas crean en sus propias posibilidades” no tenía ninguna contradicción ni inconsistencia.
Pero, en el sexto año en Bizreach sucedió un hecho que fue decisivo para replantearse su rumbo profesional. Una persona cercana, a la que admiraba como mentor, falleció de forma repentina. Fue una muerte demasiado prematura, su mentor todavía estaba en la edad de su auge profesional. Shuhei quedó inevitablemente afectado emocionalmente.
Me di cuenta de lo efímera que es la vida. Me dio vergüenza de mí mismo cuando pensé sobre las oportunidades que tuve en el pasado, y que a pesar de haber tenido las condiciones idóneas para desafiarme en aquello en lo que quería, decidí mirar a otro lado. Aunque sí que es un hecho que la pandemia de COVID-19 fue un impedimento, por algún motivo, me acomodé satisfecho con la realidad delante de mis ojos.
En Shuhei se encendió otra vez la llama de búsqueda de nuevos retos, y para recuperar todo el tiempo perdido, comenzó a consultar uno tras otro a los compañeros veteranos en Bizreach, conocidos y a otras empresas de búsqueda de empleo. Comenzó su búsqueda de un nuevo empleo, con la mira puesta en empresas japoneses en las que pudiera emprender a nivel global, y participó en numerosas entrevistas casuales y formales. Sin embargo, la mayoría eran empresas en las que solo podría dedicarse a sus negocios en el extranjero de forma secundaria, de modo que ninguna le interesó.
Fue entonces que un conocido le presentó a TYPICA. En menos de 2 semanas desde su entrevista con Masashi Goto, representante de TYPICA, Shuhei ya estaba plenamente convencido. Le conmovió el compromiso de Masashi Goto, quien ha visto rincones de todo el mundo desde la fundación de TYPICA. También en el sentido de hacer realidad su visión personal de “expandir las posibilidades de las personas y las cosas”, TYPICA se presentaba como el terreno ideal.
No hay ningún café que sea igual que los demás, ya que intervienen diversidad de factores como las características del suelo, el procesado, el tostado y la extracción. Y aun así, bajo la estructura vigente en la industria del café, este se consume en vez de teniendo presente su calidad, solo y exclusivamente como una bebida funcional. Me sentí triste al conocer que se ignoran los esfuerzos de los caficultores y el verdadero valor del café.
Es bajo el deber de cambiar radicalmente esta situación actual de la industria de café, por lo que en TYPICA, a través del comercio directo, hacemos llegar a los tostadores y los consumidores el verdadero valor del café. Las personas de mi entorno me comentan frecuentemente “Qué cambio tan radical tras tu empleo en la industria de recursos humanos”, pero siento que trabajo sobre un mismo vector. Para mí mientras que pueda hacer realidad mi visión, el medio es indiferente.
Me estaba reduciendo el mundo yo mismo
Para Shuhei Hagimori, que nació y vivió en Uwajima, una ciudad de provincia en la prefectura de Himeji, el extranjero siempre sonaba como algo lejano. A él cuando era joven no le preocupaba en absoluto vivir en un mundo limitado, no fue hasta un viaje escolar a Hawái durante sus estudios de bachillerato, cuando se dio cuenta de que era como la rana que vive en el fondo de un pozo.
Por mucho que sacara buenas notas en los exámenes de inglés de la escuela, al llegar a un entorno en el que solo se comunicaban en inglés, no era capaz de hablar nada. Por supuesto, los locales de Hawái (cuya lengua materna el inglés), también hablaban el inglés sin ningún tipo de impedimentos. Ahí fue cuando comencé a pensar acerca de para qué era la clase de la escuela a la que había asistido hasta ese momento. Fui consciente de que la fragmentación del mundo, sin ser consciente, me estaba limitando mis propias posibilidades. Tras darme cuenta de esto, no me podía aguantar las ganas de salir a comerme el mundo.
Nada más entrar a la universidad, Shuhei decidió tomarse un descanso de sus estudios durante un año, para irse a Australia a viajar y a trabajar bajo la visa Working Holiday. Tras su regreso a Japón, vivió en una casa compartida en Kioto, cercana al campus de su universidad, en donde convivió con los turistas extranjeros que iban llegando y partiendo. En los dos años que vivió en la casa compartida trató con más de doscientos extranjeros.
En ese viaje me marcó el hecho de reconocer que todos somos humanos, a pesar de las diferencias en nuestros países, culturas, formas de pensar, costumbres, todos tenemos valores hermosos. Fue en mi época universitaria cuando indagué en cómo expresar mi propia forma de ser, a la vez que me adaptaba a nuevos entornos.
Shuhei disfrutó al máximo de sus 5 años como universitario, incluido su año en Australia, en un entorno con libertad, e incluso pensó sobre regresar a su localidad natal y trabajar en el gobierno de la prefectura. El haber podido haber hecho todo lo que deseaba hasta ese momento fue gracias a sus padres. Era justo para poder devolverse a sus padres por lo que pensaba que si regresaba a su localidad natal podría apoyarlos en todo momento. Shuhei pensaba que seguro que sus padres se alegrarían de esta elección. Sin embargo, cuando le declaró a su madre esta intención, tras un breve momento de silencio, le respondió algo inesperado para él.
¿Estás seguro de que eso es lo que verdaderamente quieres hacer? ¿Tras haber estudiado en el instituto y la universidad es esa la vocación que realmente has encontrado?
Shuhei recuerda este instante de diálogo con su madre. Para mí la forma de devolver el “préstamo” a mis padres que me habían permitido tener una vida universitaria con plena libertad, era regresar a mi localidad natal. Pero, mi madre me hizo darme cuenta de que no era necesario sentir tal sentimiento de culpa. Estoy seguro de que mi madre vivía el mismo conflicto interno que yo. En ciertas ocasiones pude observar a mi madre agotada de su trabajo y llena de indignación, que me hacía pensar que seguramente ella se estaría guardando algún problema.
Shuhei es el hermano del medio y el único varón de los tres hermanos. Probablemente, también influyó en él que su padre le hubiera llamado la atención en algunas ocasiones diciendo que él era el único hermano varón. Él aceptó el deber que se impuso a sí mismo de intervenir entre su familia y sus hermanas. No sabría decir si esta idea se debió a mi personalidad, o a mí entorno. Sea como sea, la regla de que “Deber = Aquello que uno tiene que hacer, Querer = Poder hacer lo que uno desea hacer” se incorporó en Shuhei como algo de sentido común.
Por ejemplo, la regla establecida por mis padres de “Si sacas más de XX puntos en el examen, podrás usar tu teléfono móvil cuando quieras”, la cumplía a rajatabla, y también para mí lo natural era esforzarme y seguir sacando buenas notas.
Mientras que por otro lado, Shuhei siempre guardó pensamientos contradictorios. En su corazón también estaba firmemente presente la oposición a que otros les cerraran sus posibilidades, o a que decidieran por él.
Yo odiaba salir en grupos, porque sentía que se borraba mi propia personalidad.Por esto, me cautivaba más ser de esos niños que pasaban su tiempo solos en la esquina de la clase.Tal vez, leyendo el contexto, hice lo posible para adaptarme a cada lugar, mientras seguía siendo yo mismo.
A todas las personas se les pueden presentar posibilidades
En TYPICA, la organización que ahora acoge a Shuhei en su nueva etapa profesional, actualmente, llega a su cuarto año desde su fundación, cuenta con 50 empleados fijos, y cerca de 200 personas trabajan en ella, al incluir al personal que trabaja a tiempo parcial y a los autónomos con los que colabora. Una de las personas clave es Shuhei.
Para el lanzamiento de la sede de Nueva York en marzo de 2023, Shuhei se encargó de todo el trabajo desde cero: desde el mercado de prueba, la apertura de cuenta bancaria, el aseguramiento de un almacén donde almacenar los granos de café verde, la selección de la empresa de transporte, la contratación del personal, hasta el diseño de las condiciones laborales.
Entre todas estas tareas, a la que más tiempo y energía dedicó fue la visita de los tostadores que pudieran convertirse en posibles clientes en el futuro. En un total de aprox. 3 meses entre sus cuatro viajes a Estados Unidos, se alojó en Nueva York, y visitó en repetidas ocasiones a más de 100 tostadores de café, gracias a lo cual comprendió sus necesidades y desarrolló una relación. Por supuesto, gracias a su investigación previa de mercado de tostadores de café conocía a los diez tostadores considerados como los 10 mejores. Sin embargo, Shuhei al no ser capaz de entender en qué se diferenciaban ellos del resto de tostadores, decidió visitar a un mayor número sin escogerlos previamente.
Pero, lo cierto es que Shuhei no posee un nivel nativo de inglés. Y aunque sí que era capaz de comprender el 70-80 % de lo que le comentaban los tostadores, no era capaz de transmitir sus propias ideas como era debido, y también le era complicado hablar de los temas cruciales. Además, tampoco tenía experiencia previa en la industria del café, de modo que no podía hablar en profundidad sobre temas del café. Shuhei, mientras que a veces se sentía frustrado cuando se veía obstaculizado por sus limitaciones idiomáticas y de experiencia en la industria, se esforzó lo máximo posible en todo lo que estuvo en su mano.
Y aun así, para ser un lugar en el que TYPICA preparaba su lanzamiento desde cero, sentí una buena aceptación. Esta es la confianza que transmiten los logros de una plataforma que en su cuarto año tras su fundación es usada por más de diez mil caficultores y tostadores en 71 países y regiones. Creo que todo fue gracias a que los tostadores se sintieron identificados con la postura de TYPICA de ser un nuevo modelo de negocio mediante el cual se pueden adquirir sacos de granos de café verde de alta calidad únicos acordes con su propio gusto y valores, y que ante todo promoviendo el comercio directo, a través de toda la comunidad se mejorará la industria del café.
Sin embargo, hablamos de Nueva York, una ciudad en donde se encuentran las tendencias, personas y culturas de todo el mundo. Un lugar donde las personas ricas se hacen más y más ricas, y las personas pobres más y más pobres. En un mundo basado en el capitalismo, en el que uno se ve obligado a combatir entre la vida y la muerte, probablemente no se puede vivir solo con aspiraciones románticas. La realidad es que experimenté lo difícil que es que pequeños tostadores se decidan a comprar los granos de café verde a TYPICA, que se caracterizan por ser de alta calidad, pero a la vez de precio elevado.
Es justo por eso que sentí la importancia que tiene acompañarles en ese proceso de cambio de sus conductas de compra, y aventurarse a dar un nuevo paso. Creo que para hacer realidad la democratización del comercio directo a la que aspira TYPICA, también es importante que participen los pequeños tostadores en el comercio directo, me gustaría crear una forma en la que se puedan compatibilizar los sentimientos y los negocios.
En el evento de lanzamiento de la sede de Nueva York, que sirvió como culmen de esta etapa de lanzamiento, celebrado a finales de marzo, cierto gran tostador le entregó una carta a Shuhei. En la carta se recogía el mensaje de agradecimiento: “Muchas gracias por tratarnos tan bien”. También le han llegado opiniones de los tostadores a través de Raychell, nuestra responsable de comunidad encargada de crear relaciones con los tostadores, quien está siguiendo los pasos de Shuhei, que le dijeron comentarios como “Nosotros no hablábamos nada de café con él (Shuhei), pero vino varias veces a vernos. Es un buen tipo”.
Pienso que al tratarnos como personas iguales, entendieron mi sincera intención de visitarlos con el deseo de conocerlos y de ver cómo podemos mejorar el mundo juntos, mientras que reflexionamos qué nos hace felices, qué odiamos y qué deseamos.
Probablemente si hubiera tenido la capacidad lingüística en inglés y los conocimientos y experiencia sobre el café suficientes, no se me hubiera ocurrido ir a visitar a 100 tostadores de café diferentes. Tal vez visitar desde un principio a los 10 mejores tostadores de café pudiera funcionar, pero estoy seguro que la postura que tomé surgió por algo. Y pues pensé que como en TYPICA recalcamos la importancia de la comunidad, yo por mí mismo no podía crear una división entre los tostadores. Y lo cierto es que independientemente del volumen, el grado de reconocimiento, o la intención de compra, las puertas del comercio directo están abiertas a todos los tostadores.
Shuhei, durante su época universitaria, motivado por haber aprendido acerca de la problemática de los refugiados, decidió hacer prácticas profesionales en Human Rights Watch, una ONG dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos. Él conocía que había muchas personas perseguidas por los gobiernos de sus países, como resultado de haber promovido la educación femenina en países donde se oprime a la mujer, o por haber defendido la libertad y la igualdad. En el instante en el que descubrió que la realidad de los refugiados era diferente a la etiqueta que solemos tener en nuestras mentes de “refugiados = pobres personas que han sido echadas de su país”, Shuhei no pudo evitar sentirse furioso de que arrebataran las posibilidades a tales personas.
En ese sentido tanto Bizreach como TYPICA están unidos en mi carrera laboral sobre una misma senda. La razón por la que elegí trabajar en la industria de recursos humanos fue porque sentía que sería una pena desperdiciar mis posibilidades, por el hecho de no conocer las opciones que existen en otras ocupaciones profesionales, y la razón por la que he elegido TYPICA ha sido porque pensé que no debía dejar pasar por alto que se están perdiendo las características propias del café a causa de la logística y el tostado. Siento como si mi misión fuera la de eliminar las barreras que impiden el acceso a las diferentes posibilidades.