Democratizar el mundo mediante el poder de la informática, para que la “gente buena” sea recompensada
En septiembre de 2024, una nueva ingeniera se incorporó al equipo de producción que construye el nuevo modelo de TYPICA. Se trata de Shiori Arai, recomendada por Takasuke Arisawa, que ahora ejerce de director ejecutivo. Los dos trabajaron en el mismo equipo en su anterior trabajo en la empresa RAKSUL durante tres años, y también son amigos de juegos online en la vida privada.
Tras licenciarse en Ciencias de la Información por la Universidad de Tsukuba, Shiori ha trabajado como ingeniera de sistemas durante más de 10 años, centrada en su deseo de cambiar el mundo a través de la informática. ¿Qué piensa Shiori al enfrentarse ahora a su primer reto en una starup?
Mi percepción de la felicidad cambió
“¿Eres feliz?”
Shiori no olvida la pregunta que le hizo Goto (gerente general de TYPICA) durante la entrevista de trabajo, luego de hablarle de los problemas de pobreza a los que se enfrentan los caficultores. Debe ser porque ya está a la mitad de sus treinta y se replantea cómo va a vivir el resto de su vida. Era una pregunta que siempre le rondaba la cabeza cuando buscaba otras oportunidades de trabajo.
“Por supuesto que sabía que hay muchas personas en el mundo que sufren pobreza y hambre, y que el comercio justo se utiliza para eliminar las disparidades económicas, pero he vivido en Japón toda mi vida y nunca lo he sentido en carne propia. Por eso como que me despertó. Tiene razón en que mejorar solo Japón no mejorará el mundo.
De hecho, TYPICA hace negocios en todo el mundo y puede resolver diversos problemas sociales. Me atrajo el hecho de que todos confían en ello y lo hacen.”
Hacer del mundo un lugar mejor a través de la informática… Shiori lleva trabajando con esta idea desde que se graduó. Su anterior empleo en RAKSUL, donde trabajó durante cinco años y medio, fue el lugar donde más tiempo pasó.
RAKSUL es una plataforma de intercambio de trabajos de imprenta y apoyo a la captación de clientes, cuya visión es “cambiar el sistema mejorará el mundo”. Ofrece a las pyme y a los autónomos sin capital ni recursos humanos, la oportunidad de producir materiales impresos de alta calidad de forma barata y sencilla, y de hacer crecer y desarrollar sus negocios.
“El modelo de negocio de TYPICA promueve el comercio directo y se parece a RAKSUL en algunos aspectos. Las pequeñas fincas familiares pueden distribuir su café con su nombre y crear seguidores, y cuanto más intercede TYPICA entre productores y tostadores, más se enriquece. Me identifiqué con ese modelo.”
Salir de la zona de confort
Sin embargo, RAKSUL y TYPICA se encuentran en fases de crecimiento muy diferentes. Mientras RAKSUL ya tenía los cimientos puestos e iba creciendo, TYPICA recién estaba sentando sus bases. Takasuke también le dijo: “Es un caos. Muchos de los integrantes no tienen mucha experiencia en el desarrollo de equipo, así que hay mucho por hacer”, pero Shiori lo tomó como algo positivo.
“Si RAKSUL está en la fase de 10 a 100 o de 100 a 1000, TYPICA está en la fase de 1 a 10. Como la nueva plataforma (el nuevo modelo) acaba de empezar a funcionar y hay muchas áreas que aún no están terminadas, me entusiasma mucho la idea de que hay ámbitos en los que puedo contribuir, ya sea compartiendo mi experiencia y mis conocimientos, o introduciendo sistemas para mejorar la eficiencia operativa en colaboración con otros departamentos.
Como yo también fui alguna vez novata en la tecnología de la información, quiero tender puentes para que los empleados sin conocimientos especializados también puedan hacer uso de ella. Este es un nuevo reto para mí, ya que siempre trabajé con personas de profesiones cercanas con las que podía usar el mismo lenguaje. Quise utilizar mis conocimientos y experiencia en un mundo más amplio.
De hecho, aunque TYPICA es conocida en la industria del café como una startup avanzada, muchos en el sector de la TI no la conocen. Quiero contribuir al crecimiento de la empresa y a su entrada a la bolsa, creando plataformas y servicios interesantes que atraigan la atención de la gente del sector informático.”
Shiori, por cierto, ha tenido oportunidades de participar en startups en el pasado. Antes de que decidiera trabajar en RAKSUL, un colega de la universidad le preguntó si no quería montar una startup con él. La tentadora invitación le movió el corazón, pero tuvo que mantener la calma y pensar fríamente en su situación. Todavía no tenía mucha experiencia y no serviría de mucho. Esa mentalidad alejó a Shiori de los retos arriesgados.
“Soy buena para formatear cosas que ya tienen alguna forma y difundirlas para que todos puedan utilizarlas. Yo era consciente de ello, así que pensé que podría contribuir a la fase de expansión de RAKSUL, que ya tenía un modelo de negocio y método de trabajo establecidos.
Por el contrario, no podía imaginarme siendo útil en una fase como la de TYPICA. Así que buscaba un entorno en el que pudiera crecer y un trabajo en el que pudiera sacar más de mí misma, pero cambié de opinión al identificarme profundamente con la visión de TYPICA. Pensé que sería una pena perder la oportunidad de hacer lo que realmente quiero por no estar segura de ser la persona adecuada, o porque la organización no está bien organizada.”
Cómo hacer que la TI cree impacto
Shiori, que era una fanática de surfear la web y de la lectura, tuvo su primer contacto con la Internet en una Windows XP cuando cursaba cuarto o quinto año de primaria. Si no entendía una palabra, la buscaba y encontraba otra palabra que no conocía. Se olvidaba del mundo al navegar el océano de la Internet, que parecía abrir infinitos mundos nuevos.
Al entrar en secundaria conoció a gente a través de Internet. Se sentía un poco más adulta y orgullosa, cuando salía a salas de juegos con chicas de bachillerato y universitarias que conocía a través del chat. También le gustó que no la etiquetaran como “una niña de secundaria” y poder relacionarse con ellas de igual a igual.
“No es que la pasara mal en el colegio o que estuviera insatisfecha con mi vida real, pero mantenía el mundo online y el mundo real completamente separados. Ahora, desde que empecé a trabajar y a darme cuenta de que siempre hay gente al otro lado de la Internet, creo que las barreras entre la Internet y el mundo real han desaparecido para mí.”
La década del 2000, en la que Shiori pasó su adolescencia, fue una época en la que la TI penetró rápidamente en la vida de la gente. A través de redes sociales como mixi (red japonesa) y Twitter, podías conectar con personas independientemente de su idioma o ubicación, y los innovadores servicios web hacían que las tareas sean más eficientes. Shiori creía que la TI podía hacer del mundo un lugar mejor, e ingresó a la Facultad de Informática de la Universidad de Tsukuba para aprender las técnicas y conocimientos necesarios para convertirse en ingeniera informática.
Pero había una barrera esperándola. Sus compañeros ya habían aprendido por su cuenta técnicas de programación, o trabajaban a tiempo parcial en una empresa de capital riesgo mientras perfeccionaban sus conocimientos. Shiori no podía evitar sentirse atrasada. Es como que alguien que ha aprendido inglés por afición hubiera entrado a un grupo de hablantes nativos. Cuatro años de incertidumbre sobre si sería capaz de triunfar en este mundo llevaron a Shiori a elegir un camino que le permitiera acumular experiencia y habilidades de forma constante.
Luego de licenciarse en la universidad, entró a una empresa integradora de sistemas que se dedicaba principalmente a desarrollar aplicaciones por contratación. Ahí participó en el desarrollo de aplicaciones web. Introduciendo sistemas fue testigo de la eliminación de trámites tradicionales improductivos de las empresas japonesas, como la posta de sellos, que mejoraron la eficiencia. Experimentó el potencial de la transformación digital.
Shiori empezó a interesarse por el desarrollo de servicios para las propias empresas, y se cambió a una empresa que desarrollaba soluciones SaaS (Software como un servicio) para el sector hotelero. Trabajó allí durante unos dos año, donde adquirió experiencia en todo el proceso, desde el front-end hasta el back-end y la infraestructura. Esta experiencia despertó en ella el deseo de trabajar en una empresa donde pudiera participar en el desarrollo de sistemas a mayor escala junto a un equipo de especialistas. sí fue como entró a RAKSUL, motivada por la posibilidad de mejorar significativamente la eficiencia en el sector B2B a través de la tecnología y la automatización, convencida del impacto positivo que ello tendría en la sociedad y en las personas.
Ahí conoce a Takasuke. En aquel momento, Takasuke trabajaba solo en un proyecto destinado a desarrollar un sistema de infraestructura para la verificación de datos, que pudiera ser utilizado por múltiples sitios de comercio electrónico. El equipo del proyecto del que Shiori formaba parte, automatizó parte del proceso de trabajo, desde la recepción del pedido hasta la entrega del material impreso. Junto con un aumento de los clientes y las ventas, esto contribuyó significativamente a la productividad y la rentabilidad.
“Desarrollar ese sistema de base fue mi mayor logro como ingeniera. En, los usuarios pueden previsualizar sus impresiones y conocer con precisión los días que tomará la entrega del producto, lo que mejora significativamente la experiencia del usuario. Creo que supimos dar sentido al uso de los servicios de la empresa.”
Takasuke también opina: “Con ella nos entendemos y estamos acostumbrados a hacer negocios B2B. Ella tiene experiencia en administración y en una empresa de riesgo. Además, su personalidad es alegre y amigable, así que cuando me enteré de que dejaba RAKSUL, la invité inmediatamente a unirse a nosotros. En TYPICA ha sido de gran utilidad gracias a su atención a los detalles, la creación de normas y la optimización proactiva de nuestras operaciones.”
Modelo empresarial de coexistencia y coprosperidad
La Internet amplifica tanto lo positivo como lo negativo a una escala inmanejable. La tecnología en sí es neutra, dejando su impacto en manos de la ética de quienes la desarrollan y utilizan. Sin embargo, en un mundo sin orden el mal se extiende, y por eso se introducen leyes y normativas. Como consecuencia, las personas de buenas intenciones a menudo se ven perjudicadas; una situación que se repite a lo largo de todas las épocas y sectores.
Por eso, Shiori ha evitado involucrarse en trabajos que cuestiona si realmente valen su valioso esfuerzo, como sectores empresariales que obtienen beneficios fomentando la ludopatía de los usuarios, o industrias que compiten entre sí por beneficios en un juego de suma cero.
Desde otra perspectiva, esto refleja la democratización que ha traído la Internet en diversos ámbitos. En el ámbito empresarial se han abierto oportunidades para las pymes y los particulares que carecen de fondos o reconocimiento, lo que aumenta aún más sus posibilidades de aprovechar las oportunidades.
“Prefiero un mundo en el que la gente pueda vivir feliz haciendo negocios del tamaño que le convenga, aunque sus recursos sean limitados. A veces se considera a las plataformas como ‘los villanos’ que se benefician explotando a través de comisiones, pero al menos en RAKSUL todos salíamos ganando.
TYPICA no es diferente, y si su objetivo fuera ganar dinero de manera eficiente, hay otros modelos de negocio más efectivos. Mi enfoque se basa en el deseo de crear un mundo democratizado, en el que todos tengan acceso a las oportunidades sin estar limitados por títulos, atributos, poder o dinero.”
¿Debe salir perdiendo la gente buena?
Las palabras de Shiori provienen de lo que su madre solía decirle repetidamente: “la gente buena como nosotras sale perdiendo porque somos utilizadas por quienes nos rodean.
Su madre, ama de casa y empleada a tiempo parcial, era buena trabajadora. Sin embargo, a pesar de su dedicación para evitar y resolver problemas en el trabajo, nadie reconocía su esfuerzo ni le pagaban más por ello. No obstante, no podía ignorar las dificultades de los demás; siempre se sentía impulsada a actuar si sabía que alguien enfrentaría problemas si no intervenía… Las luchas de su madre a menudo se convertían en quejas.
Detrás de esta historia se encuentra una corredora de seguros de una reconocida agencia que se vio obligada a dejar su puesto al casarse y convertirse en madre. Ahora que sus hijos han crecido y se han independizado, trabaja como empleada temporal, pero su vasta experiencia y desempeño como oficinista a tiempo parcial no son reconocidos. Aunque en un principio disfrutaba de su trabajo y era muy eficiente, la frustración y el descontento por no poder aprovechar al máximo sus habilidades la han afectado durante mucho tiempo.
Quizá porque no quería que su hija se sintiera igual, cuando Shiori estaba en el bachillerato y se pasaba las noches haciendo tareas grupales, su madre siempre le preguntaba: “¿De verdad lo tienes que hacer tú?” Shiori también se siente identificada con esta situación, ya que, durante su infancia, no pudo soportar el pesado ambiente en su clase y terminó asumiendo el rol de presidenta, un cargo que en realidad no deseaba ocupar.
“Nunca creí que debería abstenerme solo porque me dijeran que la gente buena sale perdiendo. Aunque pareciera que salía perdiendo, estaba convencida de que a la larga me beneficiaría. Incluso en el trabajo, cuando propongo a los miembros de mi equipo un cambio para resolver un problema que he identificado y no comparten mi opinión, tengo que tomar la iniciativa y hacerlo yo misma, aunque sea una carga que no debería tener que llevar.
Creo que por eso nació en mí el deseo de construir una sociedad donde la gente buena no salga perdiendo, y donde quienes hacen lo correcto sean recompensados. Tal vez me sienta realizada al ayudar a aquellos que buscan obtener resultados en ámbitos poco lucrativos o en situaciones difíciles, incluidas personas como mi madre y yo en el pasado.”