“Sin apenas darme cuenta llegue hasta aquí” La puerta del futuro que se ha abierto gracias a la acumulación de momentos

Shin Soi

Desde que se unió a la empresa en enero de 2022, Shin Soi ha participado en la creación de relaciones con los tostadores como gerente de la comunidad para Corea del Sur. Tras regresar a Corea del Sur, centró su búsqueda de empleo en trabajos en los que se utilizara el japonés, pero las cosas no salieron tan bien como esperaba. (Se omiten los honoríficos en el texto)

TYPICA era totalmente diferente y única.

“Si no podemos entrevistarte cara a cara, no podemos contratarte”

En septiembre de 2021, cuando no se podía viajar a Japón debido a la pandemia por el Coronavirus, una empresa japonesa le comunicó a Soi que había pasado a la ronda final de entrevistas. Soi no pudo evitar sentir una gran decepción y tristeza.

A pesar de que no es un problema que se pudiera resolver con trabajo duro, Soi era muy crítica consigo misma y se veía como si ella fuera la causa del problema.

Llego a pensar que no era lo suficientemente capaz y empezó a tener pensamientos negativos. Hasta ese momento, había conseguido llegar a muchas entrevistas finales, pero por desgracia aún no había recibido una oferta oficial por parte de ninguna empresa.

“La razón por la que buscaba trabajo a través de los buscadores de empleo “Mynavi” y “Rikunabi”, y no en departamentos especializados para extranjeros en empresas japonesas fue porque quería trabajar con todos los demás sin que importase mi nacionalidad. No sé realmente las razones exactas, pero llegué a pensar que el tener que hacer el pedido de un visado para poder contratarme podría ser una de las muchas cosas que hiciese que las empresas prefiriesen elegir a estudiantes japoneses y no extranjeros”.

Había pasado un año desde que empezó a buscar trabajo en septiembre de 2020. A medida que los días de búsqueda continuaban, Soi empezó a perder confianza en sí misma. “Me da igual la empresa, solo quiero trabajar, sea el sitio que sea.” Desesperada, Soi cambió de estrategia y buscó empleo en el “departamento coreano de una empresa japonesa”.

Fue entonces cuando conoció a TYPICA. Uno de los miembros del equipo encargado de la primera ronda de entrevistas le dijo casualmente: “Te he visto (en la sesión informativa). Me acuerdo de ti”, En ese momento Soi se sintió como “salvada”.

Lo que también sentí cuando miré la página web y asistí a la sesión informativa fue que no parecía una empresa común, en el buen sentido lo digo. Es difícil expresarlo bien, pero desde mis ojos parecía algo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en una empresa. Era algo único, era TYPICA .

Una experiencia aún más impresionante le esperaba a Soi en la entrevista final con el presidente de la empresa, Goto.

“Sentí que me miraban no para ver si sería un plus a nivel estratégico para la empresa, sino para ver qué tipo de persona era. Mi memoria es un poco confusa, pero tuve una corazonada cuando el Sr. Goto me dijo: “No me des una respuesta preparada, sino que dime lo que realmente piensas”.

Así que pasé a hablar de mí “yo” más personal en lugar de como “buscadora de empleo”, pero ese momento no sentí que hubiera pasado la entrevista, por lo que cuando recibí la oferta para el puesto, hubo más sorpresa que alegría”.

Cumplir las promesas que se hizo a sí misma

Nacida y criada en Corea del Sur, Soi se interesó por Japón a raíz de las series de televisión japonesas ” Gourmet Solitario ” y ” Comedor de Medianoche ” emitidas en Corea del Sur.

Ambas series mostraban la vida de los habitantes de la ciudad a través de la comida. A Soi, que siempre le había gustado comer, le cautivó la visión sencilla de la vida que veía en estas series.

Fue en su tercer año de universidad cuando Soi comenzó a pasar a papel las líneas del guion de los personajes para sumergirse más profundamente en el mundo de las series de televisión. Siguiendo su corazón, Soi aprendió japonés.

Con el tiempo, se desarrolló en Soi el deseo de trabajar utilizando su japonés, y en la primavera de su cuarto año de universidad, aprovechó un programa de intercambio y vino a Japón.

Antes de venir a Japón a estudiar, Soi se prometió a sí misma que nunca recibiría dinero de sus padres. Dijo que haría lo que decidiera por sí misma, sin depender de otros. Para Soi, esta era una idea muy natural.

Soi, con una esta gran determinación en su corazón, comenzó inmediatamente a buscar un trabajo a tiempo parcial en Japón en el que se permitiera trabajar a los extranjeros. El objetivo era “ganar mi propio dinero”. No pretendía buscar un trabajo específico y eligió trabajar en Loft en Shibuya, Tokio.

Recuerdo que los diez primeros meses que pase en Japón fueron “agitados”: ganando unos 100.000 yenes al mes y completando las tareas de la universidad, no tenía tiempo para disfrutar de mi tiempo libre. Cuando tenía que entregar informes, era habitual quedarse despierto toda la noche durante dos días seguidos, y hasta cuatro noches seguidas para superar las pruebas que tenía por delante.

“Durante mi estancia en la universidad, tuve que luchar contra las ganas de dormir. Una vez me senté en mi escritorio, y entré en un profundo sueño. Muchas veces me quedaba dormida durante los descansos de 10 minutos entre clases y tenía que salir corriendo del aula.

Mirando hacia atrás, tal vez fue bueno que tuviera esta gran determinación para conseguirlo. Era algo muy duro, física y mentalmente, pero en cierto modo compenso la alegría de contemplar que tenía un repertorio de japonés cada vez mayor”.

Mientras estudiaba en el extranjero, sus padres, a los que no les había informado de su decisión de no aceptar nunca ayuda económica de su parte, le enviaban dinero todos los meses. Pero Soi, que cumplió la promesa que se había hecho a sí misma, no tocó nada y lo devolvió íntegramente a sus padres a su regreso de Japón.

Mi madre lloró sin decir una palabra cuando le di el dinero. Cuando mis padres me dijeron: “Te has esforzado mucho”, me sentí tan feliz que todo el cansancio acumulado se esfumó en ese instante”.

Quiero hacer un trabajo que solo nosotros las personas podamos hacer

No elegí mi trabajo a tiempo parcial en Loft porque me gustara. Sin embargo, fueron los días que pasé allí los que me enseñaron la alegría del trabajo.

Tuvo que pasar hasta tres meses después de incorporarse a la empresa, para que Soi, que trabajaba en el mostrador de las tiendas libres de impuestos para turistas extranjeros, empezara a ser reconocida por los que la rodeaban. Soi aprendía rápido y, a base de repetición, había adquirido una habilidad inigualable envolviendo rápidamente.

En el mostrador del Duty Free, donde había varios empleados en fila, era evidente para todos que donde estaba Soi era el único lugar donde los clientes entraban y salían. En más de una ocasión, los clientes que veían su ágil trabajo manual soltaban una carcajada, y en más de una ocasión le felicitaban: “¡Eres la mejor!”.

“Quería devolver algo, así que empecé a decir “gracias” en el idioma del país en el que estaba, y eso hizo que se estrecharan lazos. La sensación de que estaba ayudando a alguien haciendo lo que hacía me llenaba”.

En 10 meses de trabajo en el loft, Soi se convirtió en alguien imprescindible para los que la rodeaban. Cuando anunció que lo dejaba y volvía a Corea, el jefe de planta le dijo: “Esperaba [que la ascendieran a empleada permanente]…” Incluso mis compañeros que trabajaban a tiempo parcial preguntaron: “¿Podremos hacerlo sin Shin?”.

Soi dice que una de las cosas que más le gusta es hablar con la gente, y que su mente no tiene límites. Aunque viven en edificios diferentes, el personal de los grandes almacenes Seibu, que utiliza la misma sala, y los trabajadores del vertedero, también eran personas con las que Soi hablaba.

Mis compañeros que trabajaban a tiempo parcial se sorprendieron al verme saludar a esas personas también, pero no pretendía hacer nada especial. Al saludarles cada vez que les veía, me preguntaban: “¿Estás aquí hoy otra vez?”. ‘ Y me daban caramelos, era parte de la diversión de desarrollar poco a poco una relación de amistad con ellos”.

El carácter de Soi era muy extrovertido y dinámico en la universidad. El departamento de derecho, con unos 120 estudiantes, tenía eventos anuales, como simulacros de juicios y actos sociales con los profesores, que se celebraban varias veces al año. En principio, todos los estudiantes debían participar, por lo que los miembros del comité que planificaron y organizaron estos eventos debían tener muy buenas habilidades de coordinación y comunicación.

Al parecer, era un poco más difícil entablar relaciones con los compañeros más mayores que se habían matriculado en la escuela después. En especial una chica sobre la que mis compañeros me decían “Esa chica me da miedo” y “no me siento muy cómodo hablando con ella” y me pedían que fuera yo quien fuera a hablar con ella.

Me gusta hablar con todo tipo de personas, y si no puedo hablar con ellas, al menos quiero saludarlas. Por otra parte, me resulta incomprensible que la gente no me salude ni siquiera cuando nuestras miradas se cruzan. Aunque también es verdad que no saludaría a alguien que se cruzara por la calle (risas)”.

Está en la naturaleza de Soi poder llevarse bien con la gente en general. Esto quedó demostrado u día cuando durante el cuarto grado de la escuela primaria.

En la clase de Soi había una chica (abajo denominada como A) que nunca saludaba a nadie, y Soi, incapaz de ignorar su presencia, le preguntó un día: “¿Por qué estás siempre sola?”. Hable con ella y esto llevó a un acercamiento gradual entre Soi y A.

El comportamiento de Soi también hizo que cambiase el ambiente que la rodeaba. Al principio, la gente miraba a Soi de lejos y decía: “¿Por qué hablas con esa chica?”. Cuando entró en el quinto curso, el muro que la separaba de la gente que la rodeaba había desaparecido por completo.

“Estoy seguro de que A no quería estar sola y solamente estaba esperando que alguien hablara con ella. Todavía recuerdo que el día de la graduación me dijo: “Fue gracias a que Soi me habló en ese momento que pude llegar hasta aquí”. Incluso ahora, unos 15 años después y a pesar de que fuéramos a distintos institutos, sigo estando conectado con ella”.

Antes de que te des cuenta, las cosas han cambiado.

Soi, que se especializó en danza hip-hop en un instituto de artes de Corea del Sur, eligió una carrera poco habitual: estudiar derecho en la universidad.

Dice: “Todo el mundo a mi alrededor solo se interesaba por las artes y no por las cuestiones sociales, la literatura o la ciencia. No quería quedarme en un mundo limitado, pequeño y quería saber más sobre varias cosas, así que elegí estudiar Derecho, como me recomendó mi profesor”.

Soi fue a Japón en busca de un mundo que aún no conocía, y fue en TYPICA donde conoció a personas que dominaban el idioma japonés. Sin embargo, aunque se alegró de encontrar un trabajo, Soi se topó con un muro poco después de incorporarse a la empresa.

“Los community managers de los equipos de Japón y Taiwán eran de mi edad, pero habían hecho carrera en otras empresas y tienen un gran rendimiento. Por otro lado, yo era una recién licenciada y carecía de ciertas habilidades y experiencia. Sentía que estaba perdiendo confianza en mí misma porque veía todas las cosas que me faltan.

Pero tampoco es que me sintiera como si estuviera agobiada y perdida, como cuando estaba buscando trabajo. Recibí mucha fuerza y ánimos de ellos, y hablar con Goto-san, que parecía conocer todas las respuestas, me dio confianza en que podía crecer aquí. Ahora soy capaz de pensar en cómo puedo conseguir mis metas.

Y siempre que los tostadores me dicen: “Muchas gracias” o “Sé que debe ser un trabajo duro hacerlo todo tú sola, pero gracias por tu esfuerzo”, me siento muy motivada para seguir trabajando duro. Recientemente, he recibido un mensaje de un tostador de café diciendo: “Por fin han llegado los granos de café. Gracias por tu duro trabajo. La próxima vez que vengas a la tienda, vamos a tomar un café juntos’, en ese momento me sentí recompensada”.

Sin embargo, en su tercer año de trabajo en TYPICA, que crece a un ritmo acelerado, tiene muchos retos que superar.

“Todavía no sé mucho sobre el café, y aún no tengo un objetivo específico porque tengo mil cosas que hacer y no paro, pero tengo fe en el futuro, en que si me esfuerzo, podré conseguir cualquier cosa”.

La clave está en la frase “antes de que te des cuenta”, que Soi utiliza como talismán.

Si te esfuerzas en lo que tienes delante, antes de que te des cuenta, lograrás tus objetivos o conseguirás algo importante.

Echando la vista atrás, cuando empecé a ver “Gourmet solitario” y “Late Night Diner”, nunca pensé que estudiaría en Japón, y mucho menos imaginé que trabajaría utilizando el japonés.

Empecé a estudiar japonés, vine a Japón como estudiante de intercambio, empecé a comunicarme en japonés todo el día, me uní a TYPICA y trabajé solo en el departamento de coreano. … Todas estas cosas pasaron “antes de que me diera cuenta”.

Incluso para las relaciones entre las personas es lo mismo. Hoy en día, gracias al Coronavirus, suelo hablar con los tostadores de café por teléfono, pero ahora el mero hecho de poder hablar con ellos cara a cara me hace feliz. A medida que vamos hablando, antes de darme cuenta, nos hemos hecho buenos amigos. Puedo profundizar en mis relaciones con la gente a medida que avanzo, y en el proceso entro en contacto con un mundo que no sabía que existía. Esa es la parte interesante de mi trabajo actual”.

Ninguna estrategia bien pensada ni ninguna técnica pulida pueden igualar al corazón puro. Soi, que lo ha demostrado, pronto se convertirá en una parte indispensable de TYPICA.