Nicaragua es el país más grande de Centroamérica en superficie, con una población de aproximadamente 6.5 millones de habitantes. Está dotada de un entorno natural diverso con volcanes, lagos, selvas tropicales, el mar Caribe y la costa del Pacífico. Las principales industrias son la agricultura y la ganadería, encabezadas por el café y siguiéndole los puros, la caña de azúcar, la carne de res, entre otros. A lo largo de la carretera que lleva a las zonas cafetaleras, se pueden ver extensos campos de tabaco. Nicaragua está considerado el segundo país más pobre de Centroamérica, después de Haití; la razón es sin lugar a dudas la guerra civil. En 1979, tras el éxito de la Revolución nicaragüense por los izquierdistas inspirados en la Revolución cubana, Estados Unidos, al sentirse amenazado, proporcionó ayuda militar a las guerrillas de derecha de Nicaragua, desatando una guerra civil entre derecha e izquierda que duró casi 10 años. Esta larga guerra civil mató e hirió a gran parte de la población, y la economía se hundió debido a las sanciones económicas de Estados Unidos. Se perdieron los medios de vida y Nicaragua se vio al borde del colapso. En 1989 se puso fin a la guerra civil, gracias a las recomendaciones del entonces presidente costarricense Óscar Arias Sánchez. El expresidente fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su labor para lograr el acuerdo de paz centroamericano, que incluía el fin de esta guerra civil. Las consecuencias de la guerra todavía se sienten. En el 2018 se intensificó la reacción contra el sistema político dictador de izquierda, provocando grandes protestas contra el gobierno y ocasionando muchos muertos y heridos. Y por si fuera poco, en el 2020 el gobierno estadounidense de Trump impuso sanciones económicas contra los regímenes izquierdistas antiamericanos. Nicaragua es uno de los principales Estados antinorteamericanos de América Latina junto con Venezuela. El Presidente Ortega, que lleva gobernando ya cinco mandatos, ha estrechado relaciones con Rusia e Irán en los últimos años. El pueblo nicaragüense se caracteriza por su tenacidad; siempre ha estado a merced de su entorno, incluyendo cambios políticos y climáticos, y catástrofes naturales como terremotos y huracanes.

El café fue traído a Nicaragua por los misioneros cristianos en el siglo XVIII, pero se dice que la producción comenzó en la década de 1950. Las principales zonas de producción de café de especialidad son Nueva Segovia (cerca a la frontera con Honduras) y Jinotega (al centro del país); ahí se producen la mayoría de los lotes ganadores de la Taza de Excelencia. Ya pasaron 20 años desde que empezaron a aparecer en Nicaragua caficultores pioneros especializados en café de especialidad. En el 2019 fue el 11º mayor productor mundial de café por delante de Costa Rica y El Salvador. Las variedades incluyen Caturra y Catuaí, así como algunas variedades exclusivas de Nicaragua como la Javanica, y diversas variedades raras introducidas de los países vecinos. Además, está adoptando positivamente nuevos métodos de procesado, como el anaeróbico, en un esfuerzo por mejorar la calidad. Pasar de la producción masiva a la exportación directa de café de especialidad es casi la única forma de aumentar la sostenibilidad del café, no sólo en Nicaragua. Por otro lado, existe una brecha entre los caficultores avanzados orientados al extranjero y los pequeños caficultores. Nos asociamos con Peralta Coffees porque simpatizamos profundamente con la forma en que está tratando de levantar la industria del café en sí, buscando no solo su prosperidad sino también la sostenibilidad del café de Nicaragua.