KEYAKI COFFEE
“Fui yo quien puso los límites” Mi campo de visión se abrió al reconsiderar mi propósito
Esta fue la primera vez que Yusuke Matsuki, quien dirige KEYAKI COFFEE en la ciudad de Sendai, visitó un origen del café. En 2016, abrió su negocio con la meta de tener “10 tiendas”. Actualmente administra 2 tiendas, pero recientemente tenía la vaga sensación de no poder imaginar su futuro. Matsuki cuenta que cuando decidió hacer que este viaje a Bolivia fuera un punto de inflexión, fue que pudo remediar la situación, como si desenredara un hilo. Pero ¿Qué cambio de mentalidad tuvo?
Tú decides cuál es tu punto de inflexión
Llevo casi 10 años en el mundo del café. Son 7 años desde que inicié mi negocio, pero desde el comienzo de este año, me había sentido muy confundido. Si continuas durante cierto tiempo, puedes ver cómo van a ser las ventas en cada tienda. Aun cuando implemente un nuevo menú de comida, no va a ser un éxito explosivo, y mientras siga haciendo lo mismo, no habrá crecimiento. Me imaginaba a mí mismo en 10 o 20 años y lo que veía era aburrido.
Me sentía así cuando decidí participar en Typica Lab. Por un lado, estaba feliz de que mi sueño de ir a un origen del café finalmente se había hecho realidad, pero por dentro estaba preocupado. Era la primera vez que conocía en persona a los otros tostadores que iban en el viaje conmigo. También me preocupaba cómo nos recibirían los productores.
Aún después de llegar a Bolivia, mis sentimientos no habían cambiado. Con el pretexto de no saber hablar español, solo me la pasaba escuchando cómo hablaban los productores. Podría haberme comunicado a través del intérprete, pero dudé porque me preocupaba lo que pensarían de mí. También dudé en mostrarme con los otros tostadores. Pero si seguía así, no me iba a llevar nada del viaje…
Entonces al tercer o cuarto día, en el auto, de repente tomé la decisión. “Haré de este viaje un punto de inflexión en mi vida”. Si no sé cómo disfrutar del viaje, por lo menos voy a hacer algo. Si no es así, no tendrá sentido haber venido aquí.
Analizándolo bien, en realidad soy el tipo de persona que no puede moverse a menos que haya tomado una decisión. Cuando me independicé, primero me fijé una meta de 10 tiendas, y hubo personas que cooperaron conmigo justo porque estaba trabajando en serio para lograr esa meta. En el momento en que decidí hacer de esto un punto de inflexión, mi manera de pensar cambió. Es inaceptable no querer hablar solo porque te sientes avergonzado. Este no es el momento de preocuparse por cosas insignificantes. El viaje se va a terminar mientras estoy haciendo eso. Así que encendí la marcha para hacer lo que puedo en este momento.
Me conmovió ver el compromiso y la integridad de los productores
También le confié al Sr. Goto, el fundador de TYPICA, lo que me preocupaba. Mientras hablábamos, me percaté de que, sin darme cuenta, me había enfocado más en ofrecer postres y almuerzos en mi tienda. Estaba tan concentrado en aumentar el ticket promedio por cliente que el café se había convertido en un “extra”.
Fueron los productores quienes me hicieron volver a mi origen. Todo el pueblo nos interpretó canciones y bailes, y nos sirvieron de comer. El sentimiento de bienvenida era evidente. Por supuesto, había algunas personas tímidas, pero una vez que me abría con ellas, siempre me saludaban con una sonrisa.
Hay una anécdota de este viaje que fue lo que más me impresionó. Fue el cuarto o quinto día, cuando estábamos en la sesión de cata del café de Carmelo y Andy. En el momento en que les di mi opinión positiva, sus expresiones de repente se iluminaron. Tenían la sonrisa más grande que he visto en mi vida. En ese momento pensé: “Vine aquí para poder ver esto”.
Después entendí el porqué de esa sonrisa. Se pasan todo un año pensando seriamente en qué pueden hacer para mejorar la calidad. La extracción del café dura unos 2 minutos, pero el cultivo se tarda un año. Podría tardar 2 o 3 años. Por eso es que se ponen nerviosos mientras esperan la evaluación, y su expresión se endurece. Seguramente siempre están preocupados si la gente realmente comprará su café.
Todos los productores, incluidos ellos, son personas íntegras. Están trabajando duro para producir un buen café. Si los esfuerzos y la personalidad de estas personas se pueden expresar a través de su café, entonces el trabajo de presentar el café es muy divertido.
Desarrollar varias tiendas se había convertido en el único propósito
Al conocer a ese tipo de productores, definitivamente te dan ganas de comprar mucho sin tener en cuenta la rentabilidad. También en esto tomé una decisión. Primero, comprar 40 o 50 bolsas, y después pensar en cómo venderlo.
Sin embargo, también pensé en que era necesario idear algo más si iba a comprar 10 veces la cantidad de 3 o 4 bolsas por año, que es lo que actualmente compro. En primer lugar, se necesita una tienda como espacio para vender los granos tostados. Después de considerar todo eso decidí incorporar KEYAKI COFFEE.
Lo que me di cuenta al participar en Typica Lab, fue que abrir 10 tiendas se había convertido en el único propósito. Inicialmente, el Gran Terremoto del Este de Japón hizo que yo quisiera abrir una tienda de café en mi ciudad natal de Sendai. El propósito era animar a las personas a través del café y aumentar el número de personas que sonríen gracias a una taza de café.
Así que la solución para poder comprar mayor cantidad de café está en “tostar más”. En KEYAKI COFFEE tostamos alrededor de 200 kg por mes, cuando otros tostadores tuestan alrededor de 1 tonelada por mes. La máquina tostadora solo está en funcionamiento cuando yo estoy allí, y a pesar de que pagué millones de yenes para comprarla solo se está utilizando alrededor del 20% de su capacidad. Esa era la razón por la que no podía crecer.
En vez de eso, hay que tostar todo el día. Al día siguiente alguien debe hacerlo en mi lugar. Si los granos tostados se venden, teóricamente las ganancias se irán acumulando. Entonces habrá que entrenar a la gente y se necesita una tienda. Partiendo de ahí, pude determinar las áreas donde deberíamos abrir tiendas, así que le conté a todo mi equipo que incrementaríamos la cantidad de tiendas a cinco.
Después de regresar a Japón, agregamos un nuevo menú, el “Set de cata”. Al probar dos tazas, es más fácil entender la diferencia de sabor y se vuelve más fácil encontrar tu café favorito. Como resultado de esto, se creó un círculo virtuoso ya que aumentó el ticket promedio por cliente y también aumentó el volumen de ventas de granos tostados.
Trabajando así fue como pude romper los límites que me había puesto. También gracias a que asistimos a muchos eventos, la cantidad de granos tostados en noviembre superó los 400 kg. No ha pasado mucho tiempo desde que regresé a Japón, pero me di cuenta de que se pueden incrementar fácilmente 100 kg o 200 kg (risas).
Llevar “el café de un amigo” a la mayor cantidad de personas posible
Mi criterio para elegir los granos verdes también ha cambiado. Hasta ahora, seleccionaba los granos verdes en función de mis propias preferencias, si es dulce, si tiene una textura suave o un regusto limpio, etc. Pero ahora mi criterio se basa en si conozco o no al productor. Cuando veo los nombres de “Andy” y “Carmelo”, hago clic en el botón “comprar” (risas). Eso es porque los conozco, y sé que producen un café delicioso.
Ahora, de manera natural me surgen ideas como “ Este café lo produce tal persona, voy a tostarlo ajustándolo con una acidez suave”. En otras palabras, es como tostar y extraer el “café que tus amigos producen con tanto amor” y ofrecerlo a tus clientes. Creo que eso es algo maravilloso.
Ahora quiero seguirles comprando continuamente para contribuir a mejorar sus ingresos y su calidad de vida. En esta ocasión pude establecer una conexión con la gente de Bolivia y Perú, pero quiero desarrollar esa conexión también con personas de otros orígenes del café. Si hago más y más amigos en todo el mundo, podré servir mi café a muchas más personas.
He estado muy ocupado desde que regresé a Japón. Me han invitado a sesiones informativas de Bolivia, hemos incrementado nuestra asistencia a eventos y también han aumentado los pedidos en línea. El engranaje está funcionando.
Anteriormente solía negarme a asistir a los eventos. Es divertido cuando vas, pero es bastante complicado moverse y preparar todo. A veces enviaba al staff para que “adquiriera experiencia”. No quería saturarme de actividades y sinceramente, analizaba si la asistencia al evento representaba una pérdida o una ganancia para la gestión de la tienda.
Pero desde que regresé, yo mismo estoy haciendo todo. Porque pienso que “debo ir yo mismo”. Quiero contarle a la gente acerca de las personas que producen el café al otro lado del mundo, incluidas mis propias experiencias.
Ahora participo en todos los eventos a los que me invitan. Eso independientemente de si es dentro o fuera de la prefectura de Miyagi. Esto es para aumentar el número de personas interesadas. No se puede hacer crecer la tienda si no aumenta el parámetro de población.
Los productores están trabajando en serio para producir algo realmente bueno. En primer lugar, en el mundo del café de especialidad donde se exige la calidad, no se puede hacer café con una actitud a medias pensando en “que solo sea para tu beneficio”. Aprendí mucho de esas personas que no viven en términos de pérdidas y ganancias, así que creo que yo también necesito mejorar mi interior.
Al participar en TYPICA Lab, pude analizar si estaba verdaderamente apreciando a los productores y mis colegas de trabajo. Quiero tomar acciones para que, en dos o tres años, pueda decir: “Este viaje fue un punto de inflexión”.