Ya es imposible salir del mundo del café
En Etiopía —un país productor de café tradicional— se están produciendo cambios importantes. Un número cada vez mayor de jóvenes productores de café está ganando un impulso moral, con la flexibilización de la regulación la Bolsa de Productos Básicos de Etiopía (ECX: Ethiopian Commodity Exchange) y el inicio de la Taza de la Excelencia. Entre ellos está Biniyam, a quien conocimos a través de un tostador japonés. Se dice que Biniyam adapta los métodos de procesamiento según los pedidos de los clientes y crea lotes originales. Nuestro interés se despertó por esta flexibilidad, un rasgo que no se ve a menudo entre los productores etíopes.
Con sus 28 años, Biniyam muestra potencial para evolucionar en todas las formas posibles. También sentimos sus ambiciones, como si tuviera algo más que desear. Sobre todo, sus muestras eran de tan alta calidad que nos emocionó. Es por eso que quisimos comenzar una colaboración con Biniyam. Es esta calidad la que lo trajo de regreso a Etiopía desde los Estados Unidos, y será también un reto que buscará superar para alcanzar una nueva altura.
Los inicios de Nardos Coffee
Nardos Coffee se remonta a la década de 1960, cuando el bisabuelo de Biniyam comenzó la producción de café en Guji. Luego su abuelo construyó allí una estación de lavado, que fue la primera estación de lavado de gestión privada en Guji. En 1998, el padre de Biniyam fundó una empresa de exportación de café. En tres generaciones, la familia logró esta gran empresa, dejando una marca indeleble en la historia del café de Etiopía.
Nardos Coffee posee actualmente 9 estaciones de lavado en Guji, Yirgachefe y Uraga, además de 6 plantas de beneficio seco, dando trabajo a 115 empleados fijos.
Nuestra mayor fortaleza es que todos los miembros de nuestra familia y parientes somos productores de café. Cada casa de un Aklilu tiene una finca de café. Habiendo crecido en un ambiente así, lo sé todo sobre el café. Mi bisabuelo tenía por lo menos 15 hijos y dividía su parcela para cada hijo. Entonces, en este momento, la finca que nos queda no es tan grande.
No sería una exageración decir que Biniyam es uno de la élite del café etíope. Pero pasó por varias experiencias vitales antes de asumir su puesto directivo actual.
Ya es imposible salir del mundo del café
Biniyam nació en Adís Abeba, la capital de Etiopía. Cuando tenía nueve años, se mudó a Guji, donde pasó tres años. Con visitas frecuentes a las casas de sus familiares y parientes y a la estación de lavado de su padre, Biniyam se enamoró completamente del café.
Creo que hubiera sido difícil que me interesara por otro trabajo que no estuviera relacionado con el café ya que es como si hubiera crecido con él. A decir verdad, nunca he pensado en trabajar en una cosa distinta.
Después de regresar a Adís Abeba cuando tenía 12 años, Biniyam se mudó a los Estados Unidos durante unas vacaciones de verano a la edad de 16 años, e ingresó a la escuela secundaria en el estado de Virginia. Continuó sus estudios universitarios en Nueva York y estudió marketing. Sus propósitos principales eran aprender inglés y entablar relaciones con sus clientes en los EE. UU.
En todos los estados a los que iba, siempre había por lo menos un cliente de mi padre, de modo que incluso en EE.UU. llevaba una vida en la que era imposible desligarme del café. Además, cuando allá les contaba sobre el negocio familiar, mucha gente tenía una reacción muy positiva y me decían que les encantaba el café. Esto se convirtió para mí en una fuerza que me impulsó a continuar trabajando con él.
Así las cosas, Biniyam dejó la universidad en el año 2013 a los 20 años y volvió a Etiopía.
Es porque pensé que viviendo en Etiopía podría tener éxito más rápido que en EE.UU.
Al dejar Etiopía, Biniyam tuvo la oportunidad de revisar el valor de ser un productor de café en el país, algo que había dado por sentado en casa.
Al regresar a su país, Biniyam comenzó a ayudar a su padre en los cafetales y estaciones de lavado. Después de una temporada de trabajo de cuatro a cinco meses como tesorero, Biniyam se hizo cargo de la administración de las cuatro estaciones de lavado donde aprendió sobre el procesamiento. Luego se mudó a Adís Abeba, donde trabajó como gerente de marketing durante un año. Después de otros tres años de manejar operaciones de exportación, Biniyam se convirtió en gerente de Nardos Coffee.
Biniyam, en sus 28 años, afirma sentirse más satisfecho de lo que podía imaginar en su trabajo.
Cuando estaba gestionando las exportaciones, tuve la oportunidad de visitar varios países y conocer a muchos productores y compradores de café. Ahora, tengo un conocimiento más profundo del café. Y me doy cuenta de que mi padre tenía razón cuando me dijo que una vez que me involucrara en esto, nunca podría dejarlo. Mi amor por el café se fortalece y toda mi atención se centra en él. No importa si el negocio es rentable o no. Tengo una pasión tan inmensa, como una adicción.
El café etíope está profundamente arraigado en el alma de Biniyam. No se trata de si le gusta o no, sino más bien de un destino ineludible.
La calidad de Nardos Coffee
Al catar el café de Nardos, uno nota su hermosa consistencia. A través de nuestra conversación con Biniyam, pude entender perfectamente el secreto que hay detrás de su calidad.
Las cosas pequeñas importan, como construir una estación de lavado a una altitud de 2000 metros o más, fermentar y secar el café a tiempo, y dejar que los cafés cosechados se enfríen antes de trasladarlos a un almacén para evitar que se sequen demasiado. Esfuerzos como estos, por pequeños que sean, marcan una gran diferencia en la calidad del café.
No hay atajos para mejorar la calidad del café. En cada paso de la cadena —desde la producción, el procesamiento, el tostado y el filtrado— los pequeños esfuerzos son cruciales. Y para los profesionales del café, su rutina laboral es un recordatorio diario de este hecho.
En Nardos Coffee, cada etapa del procesamiento sigue un plan meticulosamente elaborado. Dado que las condiciones climáticas y geográficas varían entre las zonas, el método de procesamiento óptimo difiere de acuerdo a esto. Con esas habilidades y conocimientos nutridos durante tantos años de experiencia, Nardos Coffee procesa el café con suma precisión. Ésto le da a la empresa la flexibilidad para personalizar los métodos de procesamiento.
Probamos varios métodos de procesamiento después de una serie de reuniones con los clientes. Procuramos estar abiertos mentalmente de manera constante a cualquier propuesta.
Además, Nardos Coffee brinda capacitación técnica a pequeños productores todos los años y les enseña cómo revivir árboles de café envejecidos. Estos son parte de sus esfuerzos para compartir sus habilidades y conocimientos transmitidos de generación en generación. También se dedica a mejorar la producción local de café y el nivel de vida de la comunidad en su conjunto, cultivando y distribuyendo plántulas a los productores y subvencionando el costo de libros de texto de secundaria.
Un nuevo capítulo en la vida de Biniyam
Biniyam emprendió un nuevo camino en 2018. Fundó su propio negocio: Gujo Trading, una decisión que tomó después de convertirse en esposo y padre. Con una familia a la que mantener, quería concentrarse más en su propio negocio. Su identidad y ambiciones debieron influir en la decisión de crear la nueva empresa.
Gujo Trading actualmente opera solo una estación de lavado, pero planea construir dos más el próximo año. Con las exportaciones de café de la compañía en constante aumento, Biniyam se siente cada vez más seguro.
Nuestro negocio es todavía nuevo y pequeño, pero en el futuro quiero expandirlo y aumentar los montos de exportación. Eso no quiere decir que mi único propósito sea ser más grande; mi objetivo es convertirlo en un negocio que pueda ayudar a quienes nos ayudan ahora. Quiero ver crecer a mis clientes y empleados con la empresa.
Específicamente, quiero proporcionar todas las necesidades básicas a los residentes rurales, como agua potable y carreteras. Si ampliamos nuestro negocio de exportación, también podemos ayudar a resolver la escasez crónica de divisa extranjera en Etiopía. Como meta final, quiero que mi negocio sea exitoso para hacer de Etiopía un país mejor.
La producción de café de Etiopía, que estuvo cerrada hasta hace poco, ahora está cambiando desde adentro gracias a esta joven generación como la de Biniyam. Conocer a un joven productor como él es una verdadera bendición, que nos hace sentir agradecidos por la suerte de presenciar un punto de inflexión en el tiempo. En unos pocos años, la producción de café de Etiopía puede experimentar un cambio sísmico. Nuestro papel es transmitir ese dinamismo, junto con el café.