Lograr la independencia a través del café
Él es George Ndege. Cultiva café en el distrito de Karatu, muy cerca del Área de Conservación de Ngorongoro. El tamaño de la finca es de aproximadamente 4 hectáreas. Además de café, también cultiva maíz y butternuts (una especie de calabaza) y los vende al por mayor a los hoteles para turistas.
George, que ha estado produciendo café comercial desde 1995, hizo la transición al cultivo de café de especialidad a partir de 2020, impulsado por una propuesta del TaCRI (Tanzania Coffee Research Institute). La variedad que están cultivando es compacta. Decidió que era la mejor opción después de probar distintas variedades junto con el TaCRI, quienes le hicieron sugerencias basándose en los resultados de los análisis de suelo.
Según Filbert, Q Grader de Acacia Hills, quien tiene experiencia en la cata de la variedad compacta: “Tiene un toque de sabor cítrico parecido al limón, un sabor a caramelo y chocolate y un poco de dulzura floral. Y en general, fue una taza limpia y obtuvo 84 puntos de acuerdo con el estándar de la SCA”.
“Nuestra meta a futuro es producir de 9 a 10 toneladas de café (una cosecha de 1 kg por cafeto)”, dice George. Con el apoyo del TaCRI, ha venido cultivado plántulas de café de especialidad para incrementar el número de productores.
“Creo que si yo mismo soy un ejemplo de que el café se puede vender a un precio alto, el cultivo de café podría extenderse a otros productores. Hasta ahora, algunos productores han intentado sembrar café a modo de prueba, pero muchos de ellos se desmotivaron debido al bajo precio de venta”.
Rompiendo el Status Quo a través de la venta directa
El norte de Tanzania, donde se encuentra el distrito de Karatu, es una importante zona productora de café famosa por el “Kilimanjaro”. George sabía que el café era un producto local, pero nunca pensó que él mismo lo cultivaría.
“Mi padre trabajaba en una finca grande dirigida por hombres blancos, haciendo actividades como la recolección de cerezas. Así que yo pensaba que el cultivo de café era algo solo para “hombres blancos”. En la región del Kilimanjaro se cultiva café independientemente de la raza, pero ese no era el caso en mi ciudad natal”.
1995 fue el año que marcó un punto de inflexión para George y muchos otros pequeños agricultores. Aprovechando el sistema de subsidios STABEX* para la obtención de plántulas de café, incursionó en el negocio de la producción de café. * Sistema de Estabilización de Ingresos por Exportaciones. Este sistema fue establecido por la Comunidad Europea desde 1976 hasta el año 2000 con el objetivo de estabilizar los ingresos de exportación de los países del tercer mundo.
George, que en ese momento dejó su ciudad natal, compró el terreno en donde actualmente se encuentra y construyó su propia casa. El propietario anterior se deshizo de su propiedad porque estaba siendo afectado por la fauna silvestre, principalmente elefantes y búfalos, que venían de las reservas naturales cercanas en busca de alimento. ¿Por qué George decidió comprar la propiedad aun cuando la tierra estaba cubierta de árboles y no podía usarse inmediatamente para la agricultura?
“La calidad de suelo es mejor que donde vivía, así que pensé que podría vivir mejor. Por supuesto, hubiera sido mejor haber podido comprar un terreno con mejores condiciones, pero las tierras bajas donde no había riesgo de ser dañadas por la fauna silvestre ya tenían dueños y se habían desarrollado. Para ser honesto, no tuve más remedio que venir aquí, pero pensé que podría manejarlo dependiendo de mi ingenio”.
Sin embargo, sin importar cuánto se ponga el alma en cultivar vegetales, los elefantes pueden llegar a comerlo todo en una sola noche y el esfuerzo es en vano. Así que, George contrató a dos empleados para que, junto con un guardia en el pueblo vecino, ahuyentaran a los elefantes, que “aman especialmente el maíz y vienen de fiesta todas las noches”.
“Empecé a cultivar café comercial sin ninguna idea de cómo obtener ganancias. Al principio, el volumen de producción era pequeño y fue difícil encontrar compradores, además de que el precio de transacción era bajo. La situación mejoró después de que comenzamos a vender nuestro café a hoteles que ofrecen a los turistas café tostado en casa. Sin embargo, siempre me pregunté por qué no podía vender café directamente a clientes en el extranjero”.
George, que nunca ha vendido café de especialidad, tiene grandes expectativas. El futuro en que “sus esfuerzos sean reconocidos de manera justa” está a la vuelta de la esquina.
“Nuestro objetivo es crear un futuro en el que mucha gente cultive café en esta zona. No importa cuánto me esfuerce en producir café yo mismo, el volumen de producción es demasiado pequeño para venderlo en el extranjero. Es por eso que quiero crear una comunidad cafetera en esta área y entregar el café que todos cultivemos a los clientes en el extranjero”.
Lo que George está tratando de crear es sin duda una nueva “cooperativa”. Así como cualquier gran empresa comenzó como un emprendimiento, incluso las cooperativas existentes, que se han vuelto rígidas y corruptas, deben haber tenido un periodo de gran pureza.
El café de especialidad es un medio efectivo para que los pequeños productores salgan de una relación de “dominación y control” y tengan independencia económica y mental. Seguramente George lo probará con su propia práctica.
Texto: Tatsuya Nakamichi