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Prologue
Registrando el café por el mundo-La era del café de especialidad como fuente de libertad y derechos humanos
Hay una avalancha de información sobre el café. Desde tipos de granos, métodos de colado, países de origen y episodios históricos. Pero cuando escucha los nombres de los lugares de origen, como Guatemala o Colombia, puede que no tenga una idea clara de cómo son estas tierras. Por ejemplo, Nicaragua y Costa Rica son vecinos, pero su gente es tan diferente como el cielo y la tierra. En el caso de México y Brasil, están separados a una escala continental, con suelos y culturas diferentes. Lógicamente, sus productos también son diferentes.
Hay una avalancha de información sobre el café. Desde tipos de granos, métodos de colado, países de origen y episodios históricos. Pero cuando escucha los nombres de los lugares de origen, como Guatemala o Colombia, puede que no tenga una idea clara de cómo son estas tierras. Por ejemplo, Nicaragua y Costa Rica son vecinos, pero su gente es tan diferente como el cielo y la tierra. En el caso de México y Brasil, están separados a una escala continental, con suelos y culturas diferentes. Lógicamente, sus productos también son diferentes.
El café sólo puede ser una bebida cuando el ser humano modifica ese producto natural. Sólo comprendiendo, no sólo el terruño —como el clima y el suelo que nutren al cafeto— sino también el ethos (características) propio de la gente y la sociedad —como la vida y la historia de las personas que producen el café—, podremos obtener una imagen completa del café.
Incluso en la zona en que se consume, las preferencias de la gente cambian según el clima y las costumbres. El consumo de café está estrechamente vinculado a la sociedad. El trasfondo del café americano tiene una historia de independencia y guerras, y conocer el trasfondo histórico de por qué en Francia se toma café y en Gran Bretaña té, puede ayudar al entendimiento internacional. El mundo se puede ver desde una taza de café.
He vivido casi medio siglo como periodista. He hecho reportes internacionales desde campos de guerra con bombardeos, catástrofes, revoluciones y golpes de Estado. Mi primera zona como corresponsal fue Centroamérica, donde el foco de actividad se situaba alrededor de la zona ecuatoriana conocida como el “cinturón del café”. En Brasil, donde al café lo llaman “el oro marrón”, sería imposible socializar sin conversar con un café en mano en una esquina. El café de exportación que bebí en un cafetal de Blue Mountain en Jamaica tenía el mejor sabor, pero el café nacional que bebí en su ciudad tenía el peor sabor. Pude sentir la desigualdad económica y social con mi lengua.
El sabor del café difiere según el cafetal así sean de una misma región. Los cambios económicos y políticos afectan directamente al cambio de sabor. Y son tiempos turbulentos, en los que se dice que para el año 2050 el cambio climático reducirá a la mitad la cantidad de arábica, tanto las áreas aptas para su cultivo, como su producción. Su sabor de ahora no es para siempre.
El café es una bebida extraña. Hace circular la sangre y despierta el cerebro, mientras calma el espíritu y relaja la mente. Tiene efectos contrarios. Llevar la mirada a la tierra donde se cultivan los granos estimulará su conocimiento. Acompáñenos en este viaje y vea desde atrás del telón el glamuroso escenario de una taza de café. De una era en que ocasionaba desigualdades pasó a una era de café de especialidad que trae libertad y derechos humanos, y hace florecer el humanismo. Sentirá el paso de la historia.